martes, 4 de junio de 2013

La vida cotidiana en "La España Musulmana": la alimentación


Dentro de la sociedad en este época hay que diferenciar entre los diferentes estamentos que se encontraba dividida esta España de siglos pasados. Tanto es así que vemos como la escaña y el mijo constituían la base de la alimentación de los campesinos y de los pobres. El pescado en cambio era más propio de la alimentación de las clases bajas (sobre todo las que vivían en poblaciones costeras). Los pescados que más se consumían eran el atún y la sardina. En lo que se refiere a las carnes más apreciadas encontramos las de cordero, conejo, gallina, perdiz, paloma torcaz, pichón, aunque, eso sí, la gente humilde de esta sociedad sobresalía con el consumo de despojos: riñones, hígado, patas o sesos.

Una de las festividades principales dentro de la sociedad andalusí/musulmana era la Fiesta del Sacrificio, y en este caso los estamentos más bajos ahorraban para poder llevar a cabo el sacrificio de un cordero. Eso sí, en la alimentación tenía un papel importante la utilización de los frutos secos, ya que eran muy habituales y acompañaban a menudo los guisos de carne, sobresaliendo las almendras, nueces, piñones y ciruelas negras.

En al-Ándalus se escribieron tratados de cocina en los que se recoge una rica variedad de platos. Eran platos asociados sobre todo a un ambiente cortesano. Estos tratados culinarios muestran una preocupación por la dietética.

El músico iraquí Ziryab fue quién empezó a mostrar en época del emir omeya Abd al-Rahmán II una mayor sofisticación tanto en la preparación como en la presentación de los platos: uso de manteles y finos cristales, un orden que empezaba por las sopas, seguía con las carnes y el pescado, luego los dulces y frutas dulces y confitadas, terminando con el té y los sorbetes. También introdujo un plato que llevó su nombre, y que actualmente aún se puede degustar, consistente en un guiso de gallina, adobada en escabeche y condimentada con cilantro, pimiento, canela y azafrán, acompañado de una salsa hecha con agua de rosas, azúcar y almendras molidas.


Entre los dulces destacaba las almojábanas (buñuelos hechos de masa de harina, levadura, leche y mantequilla, con un relleno de queso fresco) y el alfajor (masa hecha de miel, almendras, canela, anís, clavo, cilantro, ajonjolí, harina fina y azúcar).


La religión musulmana prohíbe el consumo de vino, pero esta prohibición no siempre fue acatada. Se ha descubierto que se producía vino en al-Ándalus para consumo de los cristianos, pero también lo consumían algunos musulmanes. Las fiestas eran ocasiones reservadas para el consumo de comidas consideradas especiales, entre las cuales se encontraban, sobre todo, los dulces. Los buñuelos de queso o almojábanas de Jerez eran especialmente reputados. Otros momentos extraordinarios propicios para la celebración de banquetes eran las bodas, el nacimiento de un vástago, la circuncisión, el final de la construcción de una casa, el retorno del viajero y el banquete fúnebre.


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